Ligamento Cruzado Anterior
Ligamento Cruzado Anterior
¿Qué es el Ligamento Cruzado Anterior?
Hay tres huesos que componen la articulación de la rodilla: el fémur, la tibia y la rótula. Hay dos ligamentos cruzados: el Ligamento Cruzado Anterior (LCA) y el ligamento cruzado posterior (LCP) que se cruzan para formar una X. Juntos, ayudan a controlar el movimiento de la rodilla de adelante hacia atrás, así como la rotación.
El Ligamento Cruzado Anterior es uno de los ligamentos de la rodilla que más frecuentemente se lesiona. Junto con el ligamento cruzado posterior, estabiliza la rodilla en el plano anteroposterior. De este modo evita el desplazamiento hacia adelante de la tibia respecto al fémur. Además, también estabiliza la articulación frente a rotaciones interna/externa y, de manera secundaria, frente a desviaciones laterales.
¿Cuáles son los síntomas de una lesión del LCA?
Cuando te lesionas el Ligamento Cruzado Anterior, puedes escuchar o sentir un chasquido en el momento de la lesión. Habrá un dolor intenso e inmediato en la rodilla, hinchazón, inflamación y enrojecimiento. El dolor puede resolverse, pero la rodilla probablemente seguirá inestable, especialmente al intentar pivotar o cambiar de dirección rápidamente. Además, puedes experimentar pérdida de rango de movimiento de la rodilla. Finalmente, pueden aparecer síntomas como exceso de sensibilidad o bloqueos de la rodilla en caso de una ruptura asociada del menisco. Continuar con tus actividades diarias con una deficiencia en tu LCA puede llevar a episodios adicionales de inestabilidad. Esta situación puede causar más daño a otras estructuras, como el menisco y el cartílago. Si sientes que has sufrido una lesión en tu LCA, es importante que sea evaluada por un especialista lo antes posible.
¿Cómo ocurren las lesiones del Ligamento Cruzado Anterior?
Las lesiones traumáticas del Ligamento Cruzado Anterior ocurren en atletas que participan en deportes de alto riesgo como esquí, fútbol, baloncesto o rugby. La mayoría de las lesiones del LCA resultan de un giro brusco de la rodilla. También puede lesionarse con una detención abrupta al correr, o con un aterrizaje inadecuado tras un salto. Otras causas, menos comunes, incluyen contacto directo, caídas o accidentes traumáticos. Las mujeres que participan en este tipo de deportes, tienen cuatro veces más probabilidades que los hombres de romperse el LCA.
¿Cómo se diagnostica una lesión del LCA?
Para lograr diagnosticar esta lesión con certeza es importante conocer cómo se ha producido, es decir, el mecanismo lesional. Seguidamente se realizará una exploración física completa. Es frecuente la aparición de derrame articular de naturaleza hemática (sangre) debido a la gran vascularización de este ligamento. Las maniobras exploratorias buscarán la presencia de inestabilidad de rodilla, es decir, desplazamientos anómalos de la tibia respecto al fémur:
- Maniobra de Cajón Anterior
- Maniobra de Lachman
- Test de Pivot Shift
- Signo de Lever
Tipos de lesión del Ligamento Cruzado Anterior
Las lesiones del Ligamento Cruzado Anterior se pueden clasificar en diferentes tipos según la gravedad y la extensión del daño a las fibras del ligamento. Es importante diagnosticar con precisión la magnitud de una lesión del LCA, ya que el tratamiento adecuado puede variar según el tipo de lesión sufrida.
Grado 1: Esguince del LCA
Una lesión del LCA que estira las fibras del ligamento pero no provoca un desgarro completo. Esta es la lesión más leve del LCA, pudiendo llegar a sanar por sí sola con tratamiento conservador, que incluye reposo, hielo, compresión, elevación, medicamentos antiinflamatorios orales y fisioterapia.
Grado 2: Desgarro Parcial del LCA
Se trata de una lesión del LCA que desgarra algunas de las fibras del ligamento. Cuando ocurre un desgarro parcial del LCA, los pacientes pueden experimentar episodios de inestabilidad o dolor leves. Sin embargo, la gravedad puede variar dependiendo de la extensión del desgarro. En algunos casos, un desgarro parcial del LCA puede sanar con tratamiento conservador. Sin embargo, cuando la inestabilidad persiste a pesar del tratamiento, es razonable considerar la intervención quirúrgica. La decisión de realizar una cirugía para reparar un desgarro parcial depende de la gravedad de la inestabilidad de la rodilla y del deseo del paciente de regresar al deporte. Al discutir la cirugía para un desgarro parcial del LCA, nuestro equipo puede considerar tanto la opción de una reparación del LCA como una reconstrucción del mismo. Las opciones quirúrgicas disponibles dependerán de la ubicación y extensión del desgarro del ligamento.
Grado 3: Desgarro Completo del LCA
Un desgarro completo del LCA describe una lesión en la que el ligamento pierde su función. Los atletas profesionales y la mayoría de los atletas recreativos probablemente necesitarán cirugía para volver a jugar, especialmente si su deporte deseado incluye giros, cortes y movimientos laterales.
Tratamiento No Quirúrgico de Lesiones del Ligamento Cruzado Anterior
¿Se puede tratar un desgarro del LCA sin cirugía?
En algunos casos, el tratamiento conservador puede ser una opción para los pacientes, especialmente si la lesión del Ligamento Cruzado Anterior es incompleta. El tratamiento conservador para una lesión del LCA puede ser una opción exitosa para aquellos pacientes que no tienen la intención de regresar a actividades que impliquen giros o para los pacientes que estén dispuestos a usar una férula funcional del LCA para controlar la inestabilidad mientras practican deportes que requieren movimientos de pivote. Sin embargo, los pacientes que sufren lesiones completas del LCA y desean regresar a deportes de alto riesgo probablemente necesitarán intervención quirúrgica para regresar a su nivel de función deseado y evitar daños adicionales en otras estructuras de la rodilla.
Para los pacientes que son candidatos al tratamiento conservador, el enfoque del tratamiento se centrará en reducir el dolor y la inflamación. También nos centraremos en mejorar la estabilidad y función general de la rodilla.
Descanso y Modificación de Actividades
Inicialmente, después de la lesión, es esencial descansar la rodilla y evitar actividades que agraven el dolor o provoquen episodios de inestabilidad. Como se mencionó anteriormente, los episodios repetidos de inestabilidad pueden causar más daño en otras estructuras de la rodilla, incluidos los meniscos y el cartílago. Por lo tanto, actividades que incluyan giros, movimientos laterales, saltos o desaceleración rápida deberán evitarse tras la lesión para prevenir episodios de inestabilidad.
Antiinflamatorios orales, hielo y compresión
Los medicamentos antiinflamatorios y analgésicos orales pueden ayudar a controlar el dolor y reducir la inflamación de la rodilla después de una lesión del LCA. Aplicar compresas frías y usar compresión en la rodilla también puede ayudar a reducir la hinchazón y la inflamación. Recuerda siempre usar un paño o toalla entre la bolsa de hielo y la piel para evitar quemaduras por congelación.
Fisioterapia
Un programa estructurado de fisioterapia puede ser beneficioso para fortalecer los músculos alrededor de la rodilla y mejorar la estabilidad general de la articulación. Un fisioterapeuta puede guiarte a través de ejercicios enfocados en los cuádriceps, los isquiotibiales y los músculos de la pantorrilla para proporcionar soporte adicional a la rodilla. Además, el entrenamiento propioceptivo puede mejorar la estabilidad de la rodilla. La propiocepción es la capacidad del cuerpo para percibir la posición y el movimiento de las articulaciones, y una mejor propiocepción puede ayudar a mejorar la estabilidad y el control de la rodilla durante las actividades. Es importante realizar todos los ejercicios en casa que tu fisioterapeuta te indique para optimizar tu recuperación.
Férula Funcional del LCA
Una férula funcional del LCA es un tipo de rodillera diseñada para proporcionar soporte y estabilidad a la articulación de la rodilla, especialmente para personas con una lesión del LCA o inestabilidad. Aunque una férula funcional no puede reemplazar completamente el papel del LCA, puede ayudar a limitar ciertos movimientos que podrían poner estrés adicional en la rodilla y reducir el riesgo de una nueva lesión durante las actividades físicas. Aquí te explico cómo funciona una férula funcional del LCA:
Soporte mecánico: La férula proporciona soporte mecánico a la rodilla al limitar movimientos excesivos, como el deslizamiento hacia adelante de la tibia en relación con el fémur. Recuerda que esta es la función principal del LCA.
Estabilización: La férula funcional ayuda a estabilizar la articulación de la rodilla al restringir ciertos rangos de movimiento. Por ejemplo, puede prevenir una hiperextensión excesiva y limitar los movimientos rotacionales que podrían tensar el LCA lesionado o desestabilizar la rodilla.
Protección: Al restringir ciertos movimientos y proporcionar estabilidad, la férula puede proteger la rodilla de nuevas lesiones durante actividades físicas o deportes, especialmente en el caso del esquí alpino.
Es importante señalar que, aunque las férulas funcionales del LCA pueden proporcionar algunos beneficios, no son un sustituto de una rehabilitación adecuada o del manejo quirúrgico, especialmente en casos de desgarros completos del LCA. Las férulas funcionales son más comúnmente utilizadas por personas con desgarros parciales del LCA o aquellos que regresan al esquí alpino después de una reconstrucción del LCA.
Inyecciones Intra-Articulares en la Rodilla
El objetivo de una inyección intra-articular es manejar el dolor y la inflamación de la rodilla. Por lo tanto, las inyecciones pueden utilizarse como una medida a corto plazo para controlar estos síntomas después de una lesión. Sin embargo, es crucial entender que una inyección intra-articular no sanará el LCA desgarrado, ni proporcionará estabilidad a largo plazo a la rodilla. Además, recibir una inyección intra-articular en la rodilla retrasará cualquier intervención quirúrgica al menos 3 meses después de la administración de la inyección.
Tratamientos Quirúrgicos para Lesiones del LCA
¿Cuáles son las opciones quirúrgicas para una lesión del LCA?
Los estudios indican que los pacientes con una lesión del LCA pueden beneficiarse de iniciar terapia física antes de la cirugía para fortalecer los músculos que rodean la rodilla, especialmente cuando su rango de movimiento está limitado. Esto se llama prehabilitación. Una vez que un paciente tenga al menos 0-90 grados de rango de movimiento, el equipo discutirá la posibilidad de avanzar hacia una intervención quirúrgica. Generalmente, retrasar la cirugía hasta que el dolor, la hinchazón y la inflamación hayan disminuido, y el rango de movimiento se haya restaurado con la terapia física, resulta en los mejores resultados. El momento de la cirugía del LCA se determina caso por caso, considerando cada paciente y los síntomas que presenta.
¿Cómo se corrige una lesión del LCA?
La artroscopia de rodilla es un procedimiento mínimamente invasivo utilizado para visualizar, evaluar y tratar un LCA desgarrado. Un menisco desgarrado, comúnmente encontrado junto con una ruptura del LCA, también puede ser reparado durante una artroscopia de rodilla.
Las lesiones del LCA se pueden tratar artroscópicamente ya sea mediante la reparación del LCA o la reconstrucción del LCA. Dado que solo un tipo y localización específicos de un desgarro parcial del LCA son indicaciones para una reparación del LCA, a menudo, la reconstrucción del LCA es la mejor opción para optimizar la recuperación total. La decisión de reparar o reconstruir el LCA se discutirá durante tu cita con el doctor, basada en los hallazgos del examen físico, los resultados de tu MRI y el grado de tu lesión.
Reconstrucción del LCA
La reconstrucción del LCA es un procedimiento quirúrgico que reemplaza un ligamento cruzado anterior (LCA) desgarrado con un injerto, que generalmente se obtiene del tendón del propio paciente (autoinjerto) o de un tendón de donante (aloinjerto). Este procedimiento se recomienda a menudo cuando el desgarro del LCA es completo o se encuentra en un área donde la reparación probablemente no tendrá éxito. La reconstrucción del LCA tiene como objetivo restaurar la estabilidad de la rodilla, mejorar la función y permitir el regreso a la actividad física.
El injerto se asegura cuidadosamente utilizando técnicas mínimamente invasivas, como la artroscopia, para garantizar precisión y reducir el tiempo de recuperación. Después de la cirugía, un programa de rehabilitación estructurado es esencial para optimizar los resultados, reconstruir la fuerza y restaurar el rango completo de movimiento. El doctor discutirá tu plan quirúrgico específico y las opciones de injerto según la gravedad de tu lesión, nivel de actividad y objetivos personales.
Reparación del LCA
La reparación del LCA es una opción quirúrgica reservada para casos selectos de desgarros parciales del LCA donde la estructura y el sitio de fijación del ligamento son propensos a sanar. Durante el procedimiento, la parte desgarrada del LCA se reata a los huesos utilizando técnicas artroscópicas avanzadas para promover la curación natural. La reparación del LCA se considera típicamente para pacientes con patrones de desgarro específicos, como desgarros proximales, que son más propensos a sanar con éxito.
Si bien la reparación del LCA es menos común que la reconstrucción, puede ser una opción viable para algunos individuos, particularmente aquellos más jóvenes o con daños mínimos en el ligamento. Durante tu consulta con el doctor, la decisión de optar por la reparación del LCA se basará en los resultados de tu MRI, la ubicación del desgarro y la estabilidad general de tu rodilla.
Reconstrucción del LCA
La reconstrucción del LCA implica reemplazar el ligamento desgarrado con un injerto tendinoso. El tejido injertado se obtiene ya sea del paciente (autoinjerto) o de un donante de tejido (aloinjerto). La elección de la fuente del injerto y la técnica dependen de la gravedad de la lesión, la edad, el nivel de actividad del paciente, el resultado deseado y el método preferido del doctor. Cada tipo de injerto tiene sus ventajas y desventajas, y es importante discutir cualquier pregunta que tengas con el doctor durante tu cita mientras elijas entre las opciones de injerto a continuación
Autoinjerto de Hueso-Tendón-Hueso de Rótula
La reconstrucción del LCA mediante autoinjerto de hueso-tendón-hueso (BTB, por sus siglas en inglés) tiene el historial comprobado más largo de resultados exitosos y es la técnica con la que se comparan todas las demás. En general, los autoinjertos tienen mejores resultados a largo plazo y un menor riesgo de complicaciones en comparación con otros tipos de injertos. El autoinjerto BTB, en particular, es el injerto estándar de oro para reconstrucciones del LCA en pacientes jóvenes y activos debido a sus fuertes propiedades de fijación hueso a hueso.
El autoinjerto BTB se extrae del tercio central del tendón rotuliano del paciente, junto con los bloques óseos de la rótula (hueso de la rodilla) y la tibia
Alloinjertos BTB (Hueso-Tendón-Hueso de Rótula)
Los aloinjertos BTB son injertos obtenidos de un donante (cadáver). Son procesados y conservados por bancos de tejidos y generalmente están disponibles para la cirugía. La principal ventaja de los aloinjertos es que evitan la necesidad de extraer tejido del propio cuerpo del paciente, reduciendo así los sitios quirúrgicos adicionales y la morbilidad potencial en el sitio del donante. Sin embargo, existe un riesgo ligeramente mayor de fallo del injerto, aunque el riesgo sigue siendo relativamente bajo. Estos injertos suelen ser una buena opción para personas de mediana edad o mayores que no planean regresar a deportes o actividades que generen un esfuerzo excesivo sobre el LCA (como giros, cortes, cambios rápidos de velocidad/dirección, etc.).
Autoinjerto de Tendón de Cuádriceps
Recientemente, el autoinjerto de tendón de cuádriceps ha ganado popularidad como fuente de injerto para la reconstrucción del LCA; sin embargo, se necesita más información para un uso más extendido. Este injerto se extrae del tendón de cuádriceps del paciente, con o sin bloques óseos de la rótula. Este es típicamente el injerto preferido cuando se realiza una reconstrucción del LCA en un paciente pediátrico cuyos cartílagos de crecimiento permanecen abiertos (Reconstrucción del LCA usando la técnica de conservación del cartílago de crecimiento).
Autoinjerto de Tendón de Isquiotibiales
En esta técnica, se extraen los tendones del semitendinoso y el grácil del músculo isquiotibial del propio paciente. El autoinjerto de tendón de isquiotibiales se considera menos invasivo que el autoinjerto de tendón rotuliano. Sin embargo, la tasa de re-desgarro asociada con los autoinjertos de tendón de isquiotibiales es más alta en comparación con otras opciones de injertos. Además, los tendones de isquiotibiales actúan como estabilizadores secundarios de la articulación de la rodilla.
Reparación del LCA
En casos específicos, la reparación del LCA puede considerarse como una opción de tratamiento para una lesión parcial del LCA. Debido al suministro de vascularidad dentro del LCA y el potencial de curación, la ubicación del desgarro parcial del LCA juega un papel crítico en la decisión de repararlo o no. La clasificación de Sherman describe la ubicación de un desgarro del LCA y se utiliza para clasificar las lesiones que indican una posible reparación.
- Una lesión de Sherman Tipo I es una lesión de avulsión del LCA desde la parte superior de la muesca femoral.
- Una lesión de Sherman Tipo II es un desgarro a través de la sustancia del tercio superior del LCA.
Las lesiones primarias de LCA de tipo Sherman I o II, con buena calidad de tejido y sin otras lesiones ligamentarias concomitantes, pueden ser consideradas para una reparación potencial del LCA. Además, para optimizar la calidad del tejido, es esencial reparar el LCA lo más cerca posible del momento de la lesión, una vez que el paciente haya recuperado entre 0-90 grados de rango de movimiento. Idealmente, este período de tiempo debe ser inferior a 40 días desde la fecha de la lesión.
La reparación artroscópica primaria es mínimamente invasiva. Dado que no es necesario extraer injertos, la incisión quirúrgica es más pequeña que la de una reconstrucción del LCA con autoinjerto. Se utilizan anclajes no metálicos y suturas para la re-adhesión y re-tensión del remanente del LCA durante el procedimiento quirúrgico. El objetivo de este procedimiento es preservar el LCA nativo remanente. Al hacerlo, se preservan las terminaciones nerviosas nativas y el suministro de sangre, lo que favorece la curación y conserva la propiocepción.
Tenodesis Lateral Extra-Articular (LET)
La reconstrucción del Ligamento Anterolateral (ALL) y la tenodesis lateral extra-articular (LET) son técnicas quirúrgicas avanzadas utilizadas para estabilizar la articulación de la rodilla. Las lesiones del LCA a menudo causan inestabilidad en la rodilla, lo que puede provocar daño adicional en otras estructuras de la rodilla. El ALL juega un papel significativo en la estabilidad de la rodilla, por lo que su reparación y reconstrucción se han convertido en áreas clave en la medicina ortopédica para disminuir las tasas de re-desgarro.
Existen indicaciones específicas que pueden determinar la necesidad de reconstrucción del ALL o LET. Estas incluyen pacientes con un «pivot-shift» de alto grado (inestabilidad rotacional significativa), casos en los que una reconstrucción previa del LCA ha fallado y situaciones con un mayor riesgo de lesión futura del LCA debido a características como la juventud, el alto nivel de actividad o aquellos involucrados en deportes de pivote. La decisión de realizar estas cirugías depende en gran medida de las circunstancias y requisitos específicos del paciente.
En los últimos años, la investigación sobre la reconstrucción del ALL y LET ha aumentado, proporcionando información valiosa sobre su efectividad. Un estudio de 2019 publicado en la American Journal of Sports Medicine encontró que agregar la reconstrucción del ALL o LET a una reconstrucción del LCA redujo la posibilidad de fallo del injerto y mejoró la estabilidad rotacional. Además, estos procedimientos ayudaron a preservar la salud del cartílago y los meniscos al reducir la carga y el estrés excesivo que se coloca sobre estas estructuras tras una lesión del LCA.
Las técnicas utilizadas en la reconstrucción del ALL y LET varían. La reconstrucción del ALL típicamente implica hacer pequeñas incisiones alrededor de la rodilla, a través de las cuales el cirujano inserta injertos para reemplazar el ligamento dañado. Por otro lado, el procedimiento de LET consiste en tensar las estructuras laterales (como la banda iliotibial) de la rodilla para evitar una rotación y desplazamiento excesivos. Es importante señalar que se pueden emplear diferentes métodos dependiendo de la preferencia del cirujano y la anatomía del paciente.
Pronóstico tras la intervención quirúrgica
El pronóstico tras la intervención quirúrgica varía según cada individuo. En términos generales, el pronóstico es favorable, con una reducción significativa de la inestabilidad de la rodilla y una mejora en la salud a largo plazo de la rodilla. Cabe destacar que la adición de una reconstrucción lateral no alarga el tiempo de recuperación después de una reconstrucción del LCA.
En conclusión, la reconstrucción del ALL y la LET son intervenciones quirúrgicas viables para las rodillas con inestabilidad de alto grado debido a lesiones del LCA. Estos procedimientos, aunque complejos, ofrecen a los pacientes la oportunidad de recuperar la estabilidad y regresar a sus actividades anteriores con una mejor calidad de vida.
Como con cualquier intervención médica, es crucial consultar con un profesional médico. El campo siempre está avanzando, con investigaciones en curso centradas en encontrar y mejorar los tratamientos más efectivos para las lesiones del LCA. La reconstrucción del ALL y la LET representan pasos significativos en este ámbito, prometiendo una mejor estabilidad y salud de la rodilla para aquellos afectados por lesiones del LCA.
Recuperación de la cirugía de Ligamento Cruzado Anterior
Tu recuperación de una cirugía de LCA comenzará el primer día después de la operación. La intervención temprana de fisioterapia permite una recuperación óptima del rango de movimiento y la reactivación del cuádriceps. Las fases posteriores de la rehabilitación del LCA están estratégicamente diseñadas para mejorar la recuperación y prevenir futuras lesiones.
La recuperación de una reconstrucción o reparación del LCA toma un promedio de 6-9 meses, lo que incluye una rehabilitación completa para restaurar el rango de movimiento, fortalecer los músculos y recuperar el equilibrio. Además, la prevención de lesiones tras completar la rehabilitación sigue siendo de suma importancia para evitar lesiones posteriores.